Experiencia personal
Patricia Paredes Hernández Ing. en Sistemas Computacionales
El llegar al INAOE ha sido una experiencia única, difícil de expresar pero me es grato poder compartirla.
Todo comenzó con una simple decisión, aun, no sé si fue la mejor, pero si la que estaba destinada a tomar. Desde el primer día que llegue al INAOE para realizar mi residencia profesional, sentí temor e incertidumbre, no sabía realmente lo que estaba haciendo solo seguía un impulso, un poco alocado podría decir, ni siquiera pensaba en que esto me llevaría tan lejos, solo en estar ahí y experimentar, por mi misma, lo que tanto había escuchado del lugar.
Los primeros días, semanas bueno más bien meses fueron de adaptación no era sencillo porque estaba acostumbrada a otro ritmo de trabajo y a otro entorno, de estar siempre en Instituciones donde todos me conocían a un lugar donde no era nadie realmente. Ahí tuve la oportunidad de conocer y trabajar con la Dr. Angélica Muñoz Meléndez quien fue mi asesor externo de residencia y asesor de proyecto en el INAOE. Ella es una mujer admirable profesionalmente pero difícil de tratar, que llegue a pensar que no le agradaba, pero cuando uno quiere algo y se esfuerza por hacerlo las cosas se dan y ahora me da gusto saber que ella me ve diferente y me identifica muy bien. El tiempo paso rápido y todas las actividades en las que colabore en el Laboratorio de Robótica durante mi estancia de residencia, siempre permanecerán en mi mente, realmente aprendí mucho y todas las personas que ahí conocí siempre estuvieron dispuestas a compartir sus conocimientos conmigo. Al finalizar mi estancia supe que debía terminar el proyecto que me fue asignado y en colaboración con un equipo grandioso del Tecnológico de Tepeaca lo puede hacer.
Mi Ingeniería en el Tec había llegado a su fin y yo tenía que seguir adelante con mis siguientes metas, tome un tiempo para decidir, no fue fácil, porque el tomar la decisión de intentar hacer la maestría en el INAOE implicaba grandes aspectos, debo decir que, aun después de mi experiencia no me sentía lo suficientemente capaz para lograr pasar el propedéutico y ser aceptada en la maestría, tenía que arriesgar mi trabajo por solo un sueño que parecía inalcanzable, pero finalmente me decidí.
Al propedéutico ingresamos 62 alumnos, chicos y chicas de prácticamente todos los estados de país, y también extranjeros, con un talento impresionante, en ese momento supe que no sabía nada, realmente eran muy buenos y con mucha experiencia en el área, sin duda su objetivo era quedarse. Las clases eran impartidas por Doctores en Ciencias, investigadores del INAOE, cada uno con su propia personalidad pero con grandes conocimientos, todo era como me lo habían platicado y está asustada. Debo confesar que hubo momentos en los que estuve a punto de abandonar la competencia, pero sabía que existía mucha gente que confiaba en mí y eso me daba fuerzas para continuar. Casi en la primera semana abordamos todo lo que había visto en la Ingeniería, las siguientes semanas fueron conocimientos nuevos, ya se imaginaran como estuvieron los exámenes, durante esos dos meses leí libros como nunca en toda mi vida había leído. Ahora me da risa y me pregunto ¿cómo no enloquecí?.
La última semana del propedéutico se presentaron los exámenes finales, sentía una gran presión por que necesitaba diez en casi todos para pasar y pensé que no lo lograría, no quisiera parecer presumida pero me fue muy bien en estos, mejor de lo que esperaba. El ultimo día después de la reunión decisiva de la academia de investigadores, publicarían la lista de aceptados, ese día hice lo posible por no llegar al INAOE, realmente no quería verla, pero la curiosidad me mataba y además tenía que hacerlo. Llegue hasta el lugar y escuche felicitaciones departe de mis compañeros realmente mi nombre estaba ahí, en esa lista, no lo podía creer era como un sueño, quería gritar de emoción pero tenía que ser discreta, había 43 chicos que no estaba felices con los resultados.
En los dos meses del propedéutico, no solo conocí a jóvenes talentosos si no a grandes personas con sueños e ilusiones similares a los míos, con una gran pasión y dedicación por su profesión que realmente cambiaron mi vida y mi forma de pensar, después del propedéutico ya nada puede ser igual para mí.
Estoy convencida que las cosas pasan por algo y me siento satisfecha de haber logrado este objetivo, aunque algunas personas estaban seguros de que no lo haría, ahora me encuentro en la Maestría en Ciencias Computacionales y tengo nuevas metas que estoy dispuesta a conquistar, porque, por mas difícil que parezcan se que no son imposibles.
